Para comenzar debemos dejar de vivir de forma pasiva, evitar que los días pasen por nosotros sin formar parte de ellos.
¿ Has tenido alguna vez la sensación de ser un espectador sentado en un patio de butacas?. Nos asusta saltar al escenario porque no sabemos el personaje que nos ha tocado interpretar.
Todos tenemos nuestro guión, pero hay que aceptar el personaje y saber representarlo.
Conocer nuestro papel, en esta representación teatral que es nuestra vida, es una parte importantísima para construir nuestra autoestima.
Llegar a un equilibrio entre lo que queremos ser y lo que somos, es un trabajo continuo a lo largo de nuestra existencia. No debemos conformarnos, con lo que somos hoy, siempre se puede seguir avanzando, seguir desarrollándonos, seguramente si lo intentas, te sorprenderás a ti mismo cada día.
¿ Cuantas veces te has visto paralizado ante una situación que has creído difícil de superar? Si no lo intentas, nunca te podrás demostrar a ti mismo que no lo alcanzarás. Seguramente si lo intentas te darás cuenta de que si puedes.
Se puede modificar el papel que estamos representando si no es el que nos gustaría llevar toda nuestra vida, debemos encontrarnos cómodos con el personaje que somos.
Las etiquetas nos limitan, que hoy seamos así, no nos somete de por vida, somos capaces de cambiar nuestro propio guión.
“ Si oyes una voz dentro de ti, diciéndote: No sabes pintar. Pinta, faltaría más y la voz se callará” Van Gogh.
Habrá veces que las experiencias consiguen debilitarnos, apagarnos.
La vida a veces puede no ser justa, pero no significa que no seamos igual de valiosos que siempre.
De hecho estos momentos, podemos utilizarlos para poner a prueba nuestras capacidades de resistencia y lucha.
No nos podemos dejar devaluar, un billete de 200 euros arrugado sigue teniendo el mismo valor: 200 euros.
Tenemos que valorar que somos un cúmulo de cualidades muy positivas, pero que traemos también defectos de fábrica, con los que debemos trabajar para reducirlos y asumirlos en la medida de lo posible y que no afecten a nuestra vida.
Somos como somos, no podemos cambiar es una verdad a medias, somos así y eso es estupendo, pero también hay pequeñas cosas, que nos van a impedir que nuestra existencia la vivamos de manera plena y satisfactoria.
Si conseguimos descubrir que cosas son las que no nos benefician y las intentamos modificar, comprobaremos, como mejora nuestra vida, y a su vez, la de los que nos rodean
Para poder llevar a cabo este ejercicio de autoaceptación, es necesario comenzar por hacernos amigo nuestro.
Piensa como actúas ante un compañero y compáralo a como lo haces contigo:
Con un amigo, no eres tan crítico, seguramente aceptas sus defectos.
Estas pendiente de él en los momentos difíciles.
Le ayudas en sus debilidades y frustraciones.
Le escuchas de manera objetiva, sin juicios ni valoraciones.
¿ Por qué no eres capaz de ser tan benevolente contigo mismo?
Intenta comprender el por qué de muchas de tus actuaciones, pero date respuestas , no juicios que te sometan a una valoración propia que sea suficiente para paralizarte y autocensurarte.
Puedes no gustarte, e incluso rechazar partes de ti mismo, tanto de tu físico como de tu forma de ser o de sentir. Pero lo peor que te puede ocurrir, es no aceptarte. ¿ No crees que sería una carga demasiado pesada para toda tu vida?.
Los complejos físicos se van gestando desde la infancia y la adolescencia y pueden formar una personalidad insegura de por vida.
Normalmente relacionamos nuestra falta de autoestima con el físico pero en muchos casos está ligado también al tipo de personalidad. Lo que ocurre es que es más difícil verbalizar que tenemos complejo de ser poco generosos o ser envidiosos y en cambio no nos cuesta hablar de lo poco que nos gusta nuestra nariz o nuestras piernas.
No tener una personalidad segura de si misma y no ser una persona triunfadora, sería como ser bajita y con sobrepeso. Suficientes datos para creernos inútiles y por debajo de otros.
El complejo por nuestra estética produce en mucho casos una valoración negativa de nosotros mismos que supone la generalización de nuestra visión propia. " No soy guapo, no valgo nada”.
Ante estos momentos, en los que no aceptamos nuestro físico deberíamos hacernos una propia encuesta, y de manera sincera poder preguntarnos que es lo que realmente no encaja en nuestro puzzle. Cuando no aceptamos "la piel" en la que estamos se esta produciendo alguna insatisfacción a otro nivel en nuestra vida, lo complicado es encontrar cual es,más difícil muchas veces que ponernos a dieta o pasar por un quirófano para solucionar ese complejo exterior.
Pronto nos daremos cuenta que resuelto ese problema físico, seguimos sintiéndonos mal, seguimos sin aceptarnos, el problema en muchos casos es averiguar el origen y más aún poder solucionarlo.
Al final, lo que estamos provocando al no aceptarnos es un gran sentimiento de inferioridad y como consecuencia un malestar difícil de superar
No permitas que la visión negativa de lo que no apruebas, consiga cegar todas las cualidades y potenciales que tienes, podrían quedar enmascaradas y no salir a la luz las maravillas que posees.
Nadie está a gusto con todo lo que es, pero eso en vez de hacernos sentir mal , nos debería llevar a valorar más lo bueno. No hay nadie perfecto, y nadie siente que todo lo que es y lo que posee es totalmente correcto. ¿ Pero que es lo qué nos diferencia a unos de otros?.
Los que su autoestima es optima, valoraran y sacarán más a la luz su propio tesoro, y sabrán esconder y ocultar, sus defectos o debilidades. No significa que no las tenga, lo que ocurre es que hacen brillar las mejores cosas que poseen dejando a la sombra lo que menos les gusta de ellos mismos. Esto valdría a todos los niveles, tanto a nivel físico, como a nivel intelectual o emocional.
Somos responsables de cómo nos sentimos y nos mostramos a los demás, pero no lo somos de ser más altos o más bajos, morenos o rubios. Vamos por tanto a actuar y a manejar lo que es realmente manejable y vamos a aceptar lo que somos por naturaleza.
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