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38. EL VIRUS DE LA NECESIDAD DE APROBACIÓN

                                      


Uno de los virus emocionales que mayor sufrimiento provoca es la necesidad de ser aprobado por todos,  una meta sin duda inalcanzable, pero que a muchos les cuesta aceptar.

A veces para agradar a otros, utilizamos un servilismo tal, que olvidamos nuestras propias necesidades y lo que es peor nuestra propia identidad, pasamos a ser como creemos que otros quieren que seamos.

El instinto humano, nos lleva a querer pertenecer a un grupo, a ser bienvenidos y mantener el afecto de los demás, pero si ampliamos cada vez más ese grupo y lo hacemos extensivo a todos los que nos rodean, la misión de conseguirlo puede ser tan exigente  como perjudicial.

La obsesión por agradar y gustar se manifiesta, tanto a nivel físico como personal, y si entendiéramos que cualidades tan valoradas en la sociedad actual como la belleza, la simpatía, la juventud, el éxito y el reconocimiento social son totalmente subjetivas,  descubriríamos , la imposibilidad de nuestro sueño.

Lo que para unos puede ser maravilloso y admirable de nosotros, para otros puede ser censurable y criticable, siendo la misma cualidad la valorada.
Acabamos siendo esclavos de los prejuicios e intolerancias de otros, sin ni siquiera plantearnos cuales son nuestras verdaderas creencias.

Por ello, vamos a intentar superar, esta necesidad imperiosa de gustar a todos, entendiendo que lo más importante es ser coherentes con nosotros mismos, y aprender a gustarnos y a aceptarnos:

1. Ser justos. NO es posible, que las opiniones de los demás tengan más valor, que las nuestras. Si llegamos a la confianza en nosotros mismos, conseguiremos la convicción de que  nuestras ideas y valoraciones son tan válidas y respetables, como las de los demás.

2. Aprender a convivir con la vulnerabilidad. Siempre habrá aspectos, que desconozcamos o áreas de nuestra vida en las que nos sintamos inseguros, pero eso no es razón suficiente, para que otros tomen el poder y decidan como es la mejor manera en la que debemos actuar, sólo nosotros sabemos como nos sentiremos mejor.

3. Aceptar la diversidad. Somos maravillosos, porque somos diferentes. Cada uno de nosotros tiene algo que nos hace únicos y especiales, por eso, no debemos querer parecernos a otros para gustar. Se tu mismo, y ten por seguro que encantarás a alguien, pero sobre todo, a ti mismo.

4. Libérate. Dejar de pensar en lo que los demás esperan de ti. Una de las cosas más dañinas que podemos hacer, es vivir la vida que los demás deciden que tengamos. Esta es tu vida y sólo tuya. Nadie va a vivir por ti como tampoco tu ,lo puedes hacer por nadie.

5. Relativiza. Debemos ser flexibles, los elogios y las criticas, deberían afectarnos por igual, ni mucho, ni poco. Normalmente nos cuesta o no creemos del todo las opiniones positivas, en cambio le damos mucho peso y gravedad a las críticas.



Huyamos por tanto  de la necesidad de aprobación, como parte de nuestra vida, entendiendo que aunque preferimos gustar, es inevitable que en numerosas ocasiones no lo consigamos y eso NUNCA será un fracaso personal.

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