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37. LA VACUNA DEL BUEN HUMOR



Entre los dos opuestos de la  frivolidad y la seriedad, se encuentra el maravilloso punto medio, que es el sentido del humor.
La frivolidad es superficial y banal, no da importancia a nada ni a nadie, el frívolo se ríe de todo.
La seriedad es la gravedad, lo ceñido a prejuicios y creencias. El serio sería como un coche sin amortiguadores, tenso continuamente y  sin capacidad para reír ni siquiera de lo absurdo.
El sentido del humor es único del ser humano. Hay datos científicos que demuestran la cantidad de beneficios que tiene a nivel físico y psicológico.
Las personas con tendencia a la alegría y al buen humor, tienen mayor tolerancia al dolor, mejor su sistema inmune, poseen mayor salud cardiovascular y respiratoria y supone un magnífico profiláctico, para evitar  contraer enfermedades mentales, tales como depresión o estrés.
En lo emocional y psicológico, el buen humor, nos da una mayor percepción de bienestar y satisfacción en la vida.
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La realidad es que tener sentido del humor, esta comprobado que nos alarga la vida y que hace que la calidad de esta sea mucho mejor.
Pero esta cualidad tan protectora, va disminuyendo a lo largo de los años.
La inocencia de los niños, es precisamente lo que les hace vivir más alegres, sin las preocupaciones constantes, y con ese exceso de responsabilidad de los adultos que nos impide, DAR A LAS COSAS LA IMPORTANCIA QUE REALMENTE TIENEN.

Quien tiene sentido del humor, es capaz de desdramatizar las situaciones complejas, puede encontrar aspectos disonantes y que resulten dispares con el fin de relajar el entorno o su propia interpretación.  Es un ejercicio que se debe hacer de manera voluntaría con el fin de facilitar la aceptación y asimilación de cualquier hecho.
No tiene nada que ver con la persona que de todo hace un chiste fácil,  pero si que es una persona  capaz de modificar un ambiente tenso, sin que resulte forzado ni poco oportuno.

Las personas con sentido del humor, son personas  de alta inteligencia y con  buenas habilidades sociales,  como la empatía.  
Apetece estar con ellas, ya que son más flexibles, y evitan los conflictos inútiles que no llevan a ninguna conclusión.

Si fuéramos conscientes de los beneficios propios y que para los que nos rodean tiene cultivar el sentido del humor nos pondríamos a entrenarlo ahora mismo.
Algunas pautas por las que podemos comenzar son:

·         Buscar en nosotros a la persona con la que mejor nos lo podemos pasar, al fin y al cabo es con quien mas tiempo pasas a lo largo de tu vida. Siempre es bueno tener la capacidad de reirte de ti mismo, y buscar la parte divertida de las situaciones.
·         Evitar la queja pasiva. Si te instalas en un papel de victima ante la vida, la queja se convertirá en una constante, que te impedirá ver los aspectos que ya están bien o los que se pueden cambiar. Si puedes cambiar algo, hazlo, si no acéptalo.
·         Ante cualquier situación tenemos dos maneras de enfrentarnos a ella. Tensándola y complicándola o relajándola y haciéndola más fácil. Tu eliges. ¿Cual crees que es la más beneficiosa para ti?
·         Esfuérzate al principio por sonreír más, cambia tu gesto, y veras como terminarás creyéndote que te sientes mejor. Las personas que sonríen son más atractivas e interesantes para los demás, pero además tienen mayor sensación de diversión y de compromiso y motivación por todo lo que hacen.
·         No centrarse solo en hacer reír a los demás, esto debe ser sincero, y el paso previo es que tu también sepas reírte y sentirte bien. Ya en 1850 Duchenne comenzó a estudiar la diferencia entre una sonrisa sincera de una falsa, y hay muchos rasgos faciales de diferencia entre una y otra. La conclusión es que la sonrisa no esta en los labios, sino en los ojos.

" Por el hecho de envejecer, no se deja de reír, más dejar de reír, te hace envejecer" Balzac



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