La culpabilidad es una de las emociones más inútiles y más
dañinas de nuestro repertorio emocional.
El sentimiento de culpa, nos consume energía en el presente,
de algo que ocurrió en el pasado y ya no podemos enmendar.
¿Tiene alguna solución sentirse culpable? La respuesta es
NO.
Nos pasamos mucho tiempo, sintiendo remordimiento por algo
que dijimos o hicimos. Nos machacamos y criticamos, y realmente es algo que
solo consigue hacernos sentir muy mal, pero imposible que cambie lo que ocurrió.
Cuando hacemos juicios de valor sobre nuestra conducta,
basamos lo que está bien y lo que está mal sobre principios aprendidos durante nuestra educación y desarrollo vital.
Pero el bien y el mal es muy relativo, según el filósofo
Hobbes, sólo son etiquetas que utilizamos para describir lo que nos gusta y lo
que nos desagrada.
Al hablar del bien y el mal, pensamos en lo ético y lo moral.
La ética nos ayudaría a saber lo que esta bien y lo que está
mal, basándose en la religión, la filosofía o incluso la mitología.
Y la moral nos daría las reglas de lo que debemos hacer y lo
que no.
Sería unas distinción entre lo teórico y lo práctico. Pero
la realidad es que nuestra teoría sobre lo bueno y lo malo es utilizada en muchos
casos de manera arbitraria y sometemos a juicio injusto los comportamientos de
los demás y lo que es peor , los nuestros. Actuamos de jueces constantemente, y
nos hacemos pagar una penitencia, de
profundo malestar y de inmovilización para actuar con normalidad en situaciones futuras.
Sentirnos culpables no va a solucionar nada, más bien todo
lo contario, ya que suele ocurrir , que repetimos los mismos errores, hasta que
no comenzamos a pensar, que es lo que
puedo cambiar de esa conducta que desapruebo.
Nuestras conductas, siempre tendrán unas consecuencia, y son
estas la que debemos utilizar de baremo para valorar, si esa conducta es
funcional o no. Si las consecuencias no son satisfactorias, podremos pensar que
la próxima vez actuaremos de otra manera.
La culpa no aportará lo necesario y útil, es el aprendizaje sobre lo que no volveré a hacer lo que nos ayudará a cambiar.
Si un delito se paga con
cárcel, por muchos años que pase en ella y "pague" su culpa,
no valdrá de nada si al salir se cometen los mismos errores.
Hay veces que nos imponemos "cadena perpetua", por
un error que cometimos hace muchos años y que nos pude acompañar de por vida, y
es una castigo demasiado elevado e inútil para continuar con el.
Os propongo que
evitéis la censura y los juicios de valor constantes sobre lo que hacemos y lo
que no hacemos bien. Es una "pena" desmesurada con seguridad en
proporción al "delito" cometido.
Pero lo más importante es que lleguéis a PERDONAROS,
reconciliarnos con nosotros mismos es a veces más complicado que perdonar a los
demás.
" El
remordimiento es como una mordedura de un perro en una piedra: Una
tontería" Nietzsche.
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