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21. PELIGROSO VIRUS: LA CULPABILIDAD


                                

 

La culpabilidad es una de las emociones más inútiles y más dañinas de nuestro repertorio emocional.

El sentimiento de culpa, nos consume energía en el presente, de algo que ocurrió en el pasado y ya no podemos enmendar. 

¿Tiene alguna solución sentirse culpable? La respuesta es NO.

Nos pasamos mucho tiempo, sintiendo remordimiento por algo que dijimos o hicimos. Nos machacamos y criticamos, y realmente es algo que solo consigue hacernos sentir muy mal, pero imposible que cambie lo que ocurrió.

Cuando hacemos juicios de valor sobre nuestra conducta, basamos lo que está bien y lo que está mal sobre principios aprendidos durante nuestra educación y desarrollo vital.

Pero el bien y el mal es muy relativo, según el filósofo Hobbes, sólo son etiquetas que utilizamos para describir lo que nos gusta y lo que nos desagrada.

Al hablar del bien y el mal, pensamos en lo ético y lo moral.

La ética nos ayudaría a saber lo que esta bien y lo que está mal, basándose en la religión, la filosofía o incluso la mitología.

Y la moral nos daría las reglas de lo que debemos hacer y lo que no.

Sería unas distinción entre lo teórico y lo práctico. Pero la realidad es que nuestra teoría sobre lo bueno y lo malo es utilizada en muchos casos de manera arbitraria y sometemos a juicio injusto los comportamientos de los demás y lo que es peor , los nuestros. Actuamos de jueces constantemente, y nos  hacemos pagar una penitencia, de profundo malestar y de inmovilización para actuar con normalidad en situaciones futuras.

Sentirnos culpables no va a solucionar nada, más bien todo lo contario, ya que suele ocurrir , que repetimos los mismos errores, hasta que no comenzamos a pensar, que es lo que puedo cambiar de esa conducta que desapruebo.

Nuestras conductas, siempre tendrán unas consecuencia, y son estas la que debemos utilizar de baremo para valorar, si esa conducta es funcional o no. Si las consecuencias no son satisfactorias, podremos pensar que la próxima vez actuaremos de otra manera.

La culpa no aportará lo necesario y útil, es el aprendizaje sobre lo que no volveré a hacer lo que nos ayudará a cambiar.

Si un delito se paga con cárcel, por muchos años que pase en ella y "pague" su culpa, no valdrá de nada si al salir se cometen los mismos errores.

Hay veces que nos imponemos "cadena perpetua", por un error que cometimos hace muchos años y que nos pude acompañar de por vida, y es una castigo demasiado elevado e inútil para continuar con el.

Os propongo  que evitéis la censura y los juicios de valor constantes sobre lo que hacemos y lo que no hacemos bien. Es una "pena" desmesurada con seguridad en proporción al "delito" cometido.

Pero lo más importante es que lleguéis a PERDONAROS, reconciliarnos con nosotros mismos es a veces más complicado que perdonar a los demás.

 

" El remordimiento es como una mordedura de un perro en una piedra: Una tontería" Nietzsche.

 

 

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