Ir al contenido principal

13.CONTAGIO EMOCIONAL

                   

Como el juego del frontón, donde enviamos la pelota contra la pared y vuelve, dependiendo de la dirección, la fuerza y la intención, así son nuestras relaciones con los demás.
No nos damos cuenta hasta que punto la interacción con los otros, depende mucho de la manera que tenemos de dirigirnos a ellos: El tono, el mensaje, la intención e incluso nuestra propia emoción.
Cuando yo sonrío a alguien y este me devuelve la sonrisa, por mínima que sea, se ha producido un contagio emocional.
Si yo puedo conseguir que alguien sonría por mi propia sonrisa, significará que también puedo conseguir, que este más alegre. De la misma manera, si mi gesto de preocupación y tristeza, por mal humor o pesimismo contagia, lograré que los que están conmigo, se sientan más tristes también.

Es verdad que hay personas más capaces de transmitir y otras más susceptibles de contagio, pero también es cierto, que al final, las emociones dominantes pueden convertirse en una epidemia, que afecta al grupo. Ya sea una pareja, familia, un grupo de trabajo o incluso toda una sociedad.
Esta es una buena manera para explicar el contagio emocional que sufrimos actualmente de crispación, de rebeldía y de "indignación".
Ya da igual, de que bando seamos, que ideología política sigamos, todos transmitimos en nuestras interacciones actuales, por muy breves que sean, ese descontento. Hemos dejado de "hablar del tiempo" como conversación recurrente a "hablar de la crisis", con el fondo emocional que esta supone para todos.
 Si transmitimos desesperanza y desconfianza, la ira se apodera de nosotros.
 Si transmitimos esperanza y confianza , la ilusión por un futuro mejor, nos hará el presente más llevadero, por muy duro que sea a día de hoy.


Las familias donde hay niños, son casas donde se ríe más, producto del contagio que la inocencia de los niños nos transmite.
Vivir con una persona optimista, que ve el vaso  medio lleno, nos protege y nos aporta bienestar.
Vivir con una persona pesimista, que ve el vaso  medio vacío, nos desgasta y entristece.
Es como observar un campo de futbol, o una celebración en la que se siga una afición común, la gente necesita contagiarse de entusiasmo. Como una manera de amplificar nuestras propias emociones.


Entonces, si las emociones son tan contagiosas, que nos pueden llegar a infectar, convirtiéndose de nuevo en un "virus", muy potente. ¿ Que hacer ante las emociones negativas de las que, no nos queremos "enfermar?.
Y a su vez, ¿ Como podemos ayudar a otros, contagiando nuestra felicidad?.


En primer lugar, preocupándonos y esforzándonos por ser felices nosotros mismos. Y aunque para algunos pueda parecer algo egoísta, hay que esperar a comprobar, como solo desde nuestro bienestar, estaremos más capacitados, para escuchar las necesidades de los demás y hacerles más felices.
El peligro esta en volcarnos tanto en ayudar a los que queremos, que acabemos contagiados, de su propia emoción y caigamos los dos. Hay veces que debemos comprender, que no podemos ayudar a los que más queremos. Porque en el impulso de darles lo que quieren, corremos el riesgo de no darles lo que realmente necesitan.


  


Comentarios

Entradas populares de este blog

9. PARÁSITOS EMOCIONALES

Según el diccionario de la lengua española, la definición de parásito, sería aquel organismo que vive a costa de otro, alimentándose de él y causándole algún perjuicio. Seguro que esta descripción nos recuerda a muchos, a personas que nos rodean, de las que estamos infectadas y que de manera tan difícil nos cuesta escapar. Un tipo de personas que sin darse cuenta en algunos casos o deliberadamente en otros, escogen a sus presas para quedar instaladas en su sistema emocional y de él servirse a discreción, hasta acabar con las reservas de su  hospedador. Hay relaciones, ya sean de amistad, familiares o amorosas, que desgastan, anulan y nos dejan atrapadas en ellas. Por contagio  transmiten sus estados emocionales, que en muchos casos es negativo, y por más que queramos recuperarnos, con apenas unos minutos de exposición de nuevo a ellas, se vuelven a agotar nuestras reservas. Para poder protegernos y conseguir escapar de este efecto tan devastador, vamo...

33. EL VIRUS DE LA HIPERSENSIBILIDAD

Tener la suficiente sensibilidad como para notar una caricia, nos ayuda a sentir el afecto de los demás y nos permite disfrutar del contacto físico. ¿ Pero qué ocurriría, si al tocarnos levemente, nos produjeran daño o nos levantaran la piel con un simple roce? A muchas personas eso les ocurre a nivel emocional. Un exceso de sensibilidad puede ser una fuente de malestar para muchas personas, que se escudan en que son muy sensibles y que por ello sufren más que los demás. La hipersensibilidad es una patología, nadie se puede conformar con ser así sin poner remedio. Si sospechas que puedes estar en este grupo de personas, comienza a pensar que algo debes hacer, para dejar de tener " la piel emocional" en  "carne viva". Algunas características de los hipersensibles son las siguientes: Exceso de empatía que les hace ponerse siempre en el lugar del otro, asumiendo como propias todas las emociones ajenas. Se dejan llevar por la...

LAS ESTACIONES DE NUESTRA VIDA

Si durante el año se van sucediendo cuatro estaciones que se repiten de manera cíclica, de la misma manera en nuestra vida, van enlazándose  etapas que tienen características comunes a las estaciones climatológicas.                       NOSTÁLGICO OTOÑO "La hojas pueden caerse, pero el tronco y raíces siempre permanecerán y serán los mismos" Época de cambio y transformaciones,  de aprendizajes y valoraciones. Es necesario renovarse de vez en cuando, permitir que las hojas caigan, para dejar espacio a nuevas y mejores cosas en nuestra existencia. Los árboles no tienen miedo de quedar desnudos durante un tiempo, aunque eso les haga sentirse más vulnerables, saben que con paciencia y esperanza, algo nuevo crecerá. Es el  momento del desapego, de aprender a decir adiós, del duelo porque el sol que brillaba en nuestro verano ya no es el mismo o incluso se marchó. Oportunidad ú...