Que duro vivir toda la vida sin sentirnos realmente satisfechos con lo que hacemos, con lo que somos. La creencia de que tenemos que ser mejores nos impide sentirnos orgullosos de lo que somos hoy. Si aspiramos a la perfección, si queremos siempre hacer las cosas bien, seguro que haremos muchas menos cosas por miedo al fracaso o incluso al ridículo. Lo importante es hacerlo, intentarlo, no el éxito que consigamos con ello, porque el éxito es una medida relativa, y tan subjetiva que no podemos condicionar nuestros actos por ello. El triunfo personal vendría de perder el miedo al fracaso. Para empezar, debemos llegar a la conclusión de que la perfección no existe. LA PERFECCIÓN NO EXISTE, lo repito para que nos quede claro. De...
Vacunas para la mente. Cuidar nuestro equilibrio y protegernos para estar sanos emocionalmente.